Nada

14 de abril

            No tengo muy claro por qué comienzo a escribir estas líneas. Aunque si pongo mis pensamientos en un papel, de algún modo es para que alguien lo lea, lejos de mi está el interés en las opiniones de estos posibles lectores. Es un simple acto de exhibicionismo.

            Esta mañana me desperté con el acostumbrado dolor en el cuerpo. No es algo específico… Un entumecimiento general. Mas que nada en la espalda…. Mi cama es grande, de dos plazas y aunque desde que recuerdo duermo solo tengo la intuición de haber amado a alguien alguna vez. Claro que eso no tiene nada que ver con una cama.

Como siempre y muy a mi pesar me levanté. Desayuné lo que acostumbro: un noticiero. Afortunadamente la apatía y el cinismo me libran de la responsabilidad de hacer algo por el mundo. Si, lo sé, es muy miserable de mi parte.

Un subte y dos colectivos me separan de mi trabajo, tramo que recorro tan alienadamente como sea posible. Música, libros… cualquier cosa antes que dejar que mi cabeza funcione. Sería más cómodo usar algún tipo de droga. Y tal vez lo hiciera si no fuera tan tacaño. Siempre pienso y me maravillo de lo barato que están los libros por Corrientes. No me malentiendan, no soy un lector ávido, ni mucho menos. Solo intento no morir en vida, no del todo. Ya he relegado muchas cosas y los espacios que mi libertad llena son cada vez más pequeños. Entre las obligaciones ajenas que acepto a cambio de un puñado de pesos y las propias, que se imponen insoslayables, como un dogma, casi no queda tiempo para la mítica libertad ¿Cómo dejé que esto pasara? Muy fácil: convertí todo lo que leía y veía en un simple pasatiempo.