11/19/2010

El Dragón Dormido IV

Os diré, que uno, cien, incluso una miríada de artistas vestidos de dragones,
No eclipsarán nunca el cielo, ni su paso hará retumbar la tierra,
Ni formara en el lomo del lago el escalofrío circular que produce la grandeza.
Pues dos piernas, aunque sean capaces de desandar la distancia de un mundo,
No podrán cargar más que a un hombre y sus ideas.
35-  Y algo que saben bien, las viejas castas altas, aquellas que gustosamente
Liban el vientre del eterno poder enmascarado, es que jamás
Se ha de imponer censura alguna cuando la palabra es lábil, y el eco fugaz.
Al contrario, adornadla con alevoso empeño. Dadle un cortejo en espiral,
Que exacerbe la forma, y una vez escindida de todo exclamad en vano:
¡Mirad, esto es la libertad! ¡Mirad, esto es lo nuevo! ¡Mirad!
Mirad la nueva libertad que nada lleva consigo.
Mirad a los nuevos estetas, a sus santos y sus reliquias.
Mirad el espiral que ya se ha cerrado y solo puede parirse a si mismo.
Mirad la preciosa mano que sin orden ha crecido
Miradla bien, ya no tiene pulgares y está plagada de anillos.
En tanto, el poder enmascarado, libre de todo ego, cuidó del nuevo Dragón renacido.
Este nuevo ser, no creció con escamas, entre sacros rituales o mitos.
Porque ahora su celoso protector viste de otro modo en este horizonte pagano.


La euritmia formó y contuvo los miembros del nuevo animal sagrado
Desplegándose lentamente como un magno caracol,
Del mismo modo suave, del mismo modo blanco y silencioso
36-  Y a su vera los nuevos artesanos, ni libres, ni santificados.
Obligados a transmitir claramente el mensaje, siguiendo los esquemas
Que antaño y por eras se habían utilizado.
Así sus gigantescas patas translucidas se enterraron en los océanos.
Y colmaron los valles. Allí se nutrieron de la nueva tierra y sus ideas.
Rodeó el globo y se filtró en cada una de las cosas sin que nadie lo notara.
Fue el conducto de los viejos valores remozados, plasmándolos
En nuevos lienzos transparentes, inmateriales  y serializados.
Este nuevo avatar, como su predecesor tragó y parió a cada homínido
Para transformarlo en hombres simbólicos y simbolizados
Y finalmente, amigos míos, el camino escurridizo de las palabras
Nos conducen al objeto de sus penurias.
37-  Y es que la historieta es hijo novicio del nuevo dragón.
Estas nuevas artes son a sus naturales transparentes y accesibles.
Así como lo fueron en los tiempo oscuros las piedras modeladas de los templos,
Los oleos teatrales y planos.
Sin intentar innovar, pero cambiando con los ojos que la leen,
Tautológicamente narrando un tiempo mítico y aleccionador,
Paradigmático, asequible sólo en el campo de las ideas.
Así en un sencillo código representado vive el pasado.
Serializadamente producidos, como lo fueron, a su escala
Las bellas reliquias enterradas en el tiempo y en los libros.
Atados al poder que los detenta y examina,
Los remozados artesanos no son libres, mas laboriosamente
Intercalan en la naturaleza de nuestra razón las bondades
De cientos de voces pretéritas, tributarias de poderes extintos,
Libres en nosotros sus palabras.
Un discurso acotado que tiende a expandirse y revolucionar.
Pues bien, como en el pasado los muros vivos de los templos
Les hablaron al simple conocer del pueblo, así estos textos
Encierran el mismo lenguaje.
Sostened en vuestras manos estos papeles vestidos de historias viejas
Que la naturaleza sencilla de esta obra no nuble vuestro juicio.
Seguid altivamente el gusto sencillo que no precisa más justificación que el simple gozo.
Mirad este mundo desacralizado, y evadido de lo eterno.
Mirad al hombre estallando en mil pedazos, devorándose,
Pariendo plagas indolentes.


Este, nuevo dragón es tan cotidiano como su predecesor,
Escondido en los pequeños objetos apreciados.
Querrán algún día arrancar palmo a palmo los dibujos de estas páginas
Sacralizarlos, finalmente en las paredes, y no estarán más
Que  arrancando las raíces que alimentan este medio.


La noche se retira, tiñendo todo el éter de azul gastado.
El sueño y el silencio me llaman.
Buscad ahora, mis queridos caballeros, un paraje calmo
Y bebed una vez más del cáliz del “hombre que puede ser”,
Haced carne y sangre cada palabra.

Que dulce se presenta el aire de la mañana….
Amigos míos, porque no podré recordarlos de otro modo.
A vosotros, extraño par, habéis dado generoso cobijo a mis ideas,
Gustoso le dejo mis últimas palabras. Otras lenguas nuevas hablarán por mi.

Amanece, hoy es mañana, y este es el último eterno día que he de vivir.

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